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Una niña británica de nueve años fue ingresada en un centro de rehabilitación por «su adicción al juego ‘Fortnite». Claves para identificar si los niños juegan mucho o demasiado

Esta semana hemos conocido el caso de una niña de nueve años en Reino Unido que tras orinarse encima mientras jugaba al Fortnite, sus padres decidieron mandarla a un centro de rehabilitación porque creen que la pequeña es adicta a este juego virtual, que cuenta, en la actualidad, con más de 45 millones de usuarios en el mundo. La noticia ha hecho saltar las alarmas y poner en el punto de mira, de nuevo, la adicción a los videojue

gos. En primer lugar, ¿fue la decisión de estos progenitores excesiva?

«En mi opinión, y de forma general, el castigo y la prohibición no funcionan, y al contrario de lo que pensamos, alimentan el problema. Estas rotundas limitaciones pueden provocar crisis de abstinencia que se manifiesta con ansiedad, irritabilidad, depresión, ma

lestar, incluso llegando a la abstinencia física que puede provocar náuseas, vómitos, temblores o tensión muscular», explica vía correo electrónico Jorge López Pérez Vallejo, psicólogo, psicopedagogo y diplomado en educación infantil. «Es decir», prosigue, «el síntoma físico y psicológico que se manifiesta cuando no se puede dar la satisfacción a lo que se desea. La abstinencia, prolongada en el tiempo debido al castigo, lleva a la persona a la pérdida de control».

Ante esta decisión, algunos padres se preguntan cuál es la diferencia entre que sus hijos jueguen mucho y sean adictos, López Pérez Vallejo nos resuelve algunas dudas.

PREGUNTA. ¿Realmente, qué es la adicción a los videojuegos?

RESPUESTA. La adicción es un estado mental y físico patológico en el que una persona necesita un estímulo para lograr una sensación de bienestar. En Terapia Breve Estratégica, que encontramos la explicación del problema a través de su solución, la definiríamos como un mecanismo obsesivo compulsivo. De aquí diferenciaríamos dos tipos: una obsesión-compulsión basada en el placer; o bien una compulsión para poder controlar el miedo, el dolor o la rabia a modo de vía de escape.

P. ¿A qué edad aparece?

R. No tenemos datos actualizados, ya que se trata de un problema muy actual, pero sí puedo decir que a consulta nos llegan padres muy preocupados con niños que a muy temprana edad dependen del juego virtual para poder entretenerse y divertirse, llegando lo peor en el momento de quitarles ese juego: cuando se convierte en un conflicto dentro de la familia.

P. ¿Cuáles son síntomas?

R. Nos encontramos ante una persona dependiente cuando utiliza el recurso de no poder dejar de jugar, que se enfada de una manera descontrolada si finaliza el juego o si lo pierde, y se obsesiona con el momento de volver a jugar.

Así pues, la diferencia entre un niño dependiente y una persona sana está en su capacidad de control y de renuncia. El niño o niña sana siente que el juego le gratifica, pero puede renunciar a ello aunque en algún momento eso suponga un enfado; pero, en cambio, en el otro caso el niño dependiente siente que este juego es irrenunciable y le cuesta admitir tener de dejarlo.

Otra diferencia es que el dependiente tiene crisis de abstinencia (hay la abstinencia psicológica o craving, que se manifiesta con ansiedad, irritabilidad, depresión, o malestar; y la abstinencia física, que puede provocar náuseas, vómitos, temblores o tensión muscular), es decir, el síntoma físico y psicológico que se manifiesta cuando no se puede dar la satisfacción a lo que se desea.

La abstinencia, prolongada en el tiempo, lleva al niño a la pérdida de control y provoca otro tipo de problemas en su salud física o mental, que le hace alejarse de la realidad para querer adentrarse aún más en la realidad paralela y completa libertad que le ofrece el videojuego.

P. ¿Y su origen? ¿Se puede detectar?

R. Yo diría que es cuando la búsqueda de entretenimiento se convierte en una vía de escape de la realidad, capaz de proporcionar placer. Se debe analizar por qué razón se necesita ese placer, y por qué se vuelve una afición adictiva y obsesiva que provoca el problema.

P. ¿Es más grave actualmente debido a la tecnología o los videojuegos en red?

R. Actualmente vemos que cada vez hay más gente enganchada a Internet y hay un motivo claro: la facilidad que te ofrece de conexión, estés donde estés y con quién estés. De hecho, ¿te has preguntado cuántas veces haces clic en tu smartphone para mirar si tienes notificaciones? Si las calcularas seguramente te aterrorizarías y te darías cuenta de que la gran mayoría de personas hacen un abuso tecnológico. En los niños con los juegos funciona igual, el juego deja de ser entretenimiento y se convierte en una pasión irresistible que mete a los niños en circuitos obsesivos y ya patológicos.

P. ¿Qué beneficios tienen los videojuegos?

R. Por supuesto que hay beneficios, ya que este tipo de juegos exigen concentración, son divertidos, desarrollan el aprendizaje y estimulan reacciones funcionales causa-efecto mejorando la atención.

P. ¿Cómo podemos controlarlo los padres?:

  1. Establecer un horario y cerrar la cantidad de tiempo que el niño dispone para jugar.
  2. No rompas bruscamente el juego, dale un tiempo para que finalice, por ejemplo, dándole x minutos para finalizar el juego, advirtiéndole en esos x minutos de que se aproxima el final. Si con estas técnicas no reduces el tiempo, deberemos acudir a un profesional.
  3. Mezclar el tiempo lúdico con otros juegos que se realicen en la calle o espacios diferentes del de la casa, como deportes o actividades de ocio con padres o amigos y amigas.
  4. Siempre mantener una actitud cercana y comprensiva con los niños, dialogando y razonando.

DATOS DE ADICCIÓN A LOS VIDEOJUEGOS

A pesar de que en España se incluyó la adicción a las nuevas tecnologías y a los videojuegos por primera vez en la nueva Estrategia Nacional de Adicciones, no solemos ser conscientes del verdadero problema que esto supone hasta que vemos un caso así.

Estudios internacionales señalan que hasta un 9% de las personas que juegan alrededor del mundo sufren adicción a los videojuegos.

Y en España, el 18% de los jóvenes españoles entre 14 y 17 años realiza un uso abusivo de Internet, asociándolo a un incremento del fracaso escolar y el consumo de drogas, así como a un aumento de los casos de obsesión por las redes sociales y los videojuegos, llegando a tener problemas mentales y físicos en algunos casos.

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