El juego online mueve ya el 1,3% del PIB español
En España, país donde viven 500.000 personas que han sido o son tratadas de ludopatía, el negocio del juego online se sigue publicitando en horario infantil y ya mueve más de mil millones de euros al mes. El último dato oficial de la dirección general de Ordenación del Juego (DGOJ), dependiente del Ministerio de Hacienda, así lo confirma: en España se movieron en diciembre del año pasado 1.004.373. 382 euros en apuestas deportivas, póker, blackjack, bingos y otras timbas en red.
El 0,1 por ciento del Producto Interior Bruto del país en solo 31 días. Hace apenas cuatro años, en junio de 2012, el negocio de las apuestas en internet era tan solo de 271 millones. Los beneficios de algunas de estas empresas son una incógnita incluso para Hacienda, pues varias están radicadas en Gibraltar o Malta, y en España, según declararon a Público fuentes de la Agencia Tributaria, limitan su aportación a la economía nacional con el pago de la Tasa Anual del Juego y del Impuesto General del Juego.
Se puede deducir de su crecimiento exponencial que el sector de juego online moverá en 2017 una cantidad superior al 1,3% del PIB. Trece mil millones de euros que triplican con muchas creces el presupuesto anual del Ministerio de Sanidad. El número de jugadores también ha crecido desde que la DGOJ consideró el sector suficientemente potente como para someterlo a estadística. Si los primeros datos de junio de 2012 contabilizaban 315.436 jugadores activos, en diciembre de 2016 ya eran 611.929.
También, el mercado de su publicidad ha cambiado. El año pasado, firmas como PokerStars, Bet135, Betfair, 888 y sus homólogas invirtieron en publicidad una cifra cercana a los 107 millones de euros. En 2013 eran unos 63 millones. Al negocio -y al coste publicitario- ha contribuido sin duda la creciente presencia de astros del deporte en sus spots. No cobran precisamente barato el uso de su imagen personajes como Cristiano Ronaldo, Neymar, Rafa Nadal y tantos otros que venden su carisma para convencer al telespectador de las bondades y emociones de apostar en sus casas de juego preferidas. CR7 firma esta declaración al abrir la página web de una de las más potentes firmas del sector: “Es el software de póker con mayor calidad y sencillez con el que he jugado. Es seguro y estas jugando en un abrir y cerrar de ojos”.
Nadie comprueba si es un niño de 12 años el que está manejando la tarjeta de su padre para apostar
El cronista sigue los consejos del astro madridista y se hace pokero online (con perdón para los pokeros auténticos, los de polígono). Descargar el ejecutable apenas lleva tres minutos si aceptas sin leer las condiciones del contrato. El software no tarda ni dos minutos más. Una vez elegido el alias, la pantalla se inunda con una agradable sorpresa: “Has creado correctamente tu cuenta de Stars. Obtén 20 euros gratis para jugar con tu primer depósito. Solo tienes que depositar ya 10€ más con el código 20GRATIS”. El pago se puede hacer con tarjetas de crédito, Paypal y otros métodos. Una vez que ya eres jugador veterano, estos ‘falsos’ bonos gratuitos pueden llegar a ser de entre 100 y 150 euros. Nadie comprueba si es un niño de 12 años el que está manejando la tarjeta de su padre para apostar. No es una posibilidad fantástica que pueda suceder una vez al año: cada vez es mayor la cantidad de menores sin ingresos propios que acuden a las terapias de tratamiento de ludopatía. El dinero para alimentar su enfermedad tiene que salir de alguna parte.
El debate sobre si es legal publicitar estas casas de apuestas en horario infantil, con un bombardeo espectacular de spots en las previas, descansos y epílogos de los grandes acontecimientos deportivos, está ya más que latente en asociaciones de ludópatas y familiares que luchan contra la enfermedad, psiquiatras que atienden esta patología e incluso periodistas (aunque, todavía, mucho menos”.
José Luis Rojas Torrijos es periodista y profesor de Ciencias de Comunicación de la Universidad sevillana, fue asesor de calidad del diario deportivo Marca y lleva años con un blog significativamente bautizado periodismodeportivodecalidad. La ética en el deporte es una de las banderas de esta publicación. Y quizá en la ética haya que buscar las razones por las que algunos deportistas ofrecen su imagen olímpica y ejemplar para publicitar un producto nocivo como el juego. Sería impensable ver a Cristiano Ronaldo anunciando alcohol en el descanso de un partido: “Después de una victoria, lo más excitante es compartir con mis compañeros un buen lingotazo de martini con vodka”. Ni siquiera sería legal que lo hiciera. Y en sus contratos deportivos consta que no pueden anunciar bebidas y tabacos, pero nada se dice del juego.
Sería impensable ver a Cristiano Ronaldo anunciando alcohol en el descanso de un partido
«Los futbolistas de élite son vistos por muchos, especialmente entre los más jóvenes, como modelos a seguir», asegura el profesor Rojas. Muchos seguidores no dudan en emular a quienes consideran sus ídolos, tanto en las maneras de hacer como las de vestir e, incluso, las de hablar. Cuando anuncian este tipo de juegos transmiten una serie de valores muy alejados a los que suele representar la práctica deportiva; fomentan un tipo de ocio nada saludable y que incluso puede tener consecuencias nocivas para muchas personas que sean incapaces de controlarse a tiempo. Lo más grave, insisto, es la transmisión de valores a los más jóvenes, quienes, en proceso formativo, pueden entender como algo normal e inocuo el participar en este tipo de juegos y apuestas porque los anuncian aquellos a quienes adoran. Aparecer en este tipo de campañas publicitarias, por muy lícito que sea, contribuye por su notoriedad social a que estas prácticas no disminuyan, sino todo lo contrario, y sí puede devenir en un aumento de las conductas ludópatas.
Como especialista en prensa deportiva, ¿cómo ve que los propios presentadores de estos programas, o los encargados de la retransmisión de los partidos, periodistas, también protagonicen espacios promocionales de estos juegos?
En la situación actual, tan complicada económicamente, muchas empresas no hacen ningún tipo de ascos a este tipo de anunciantes; se mira por encima de todo la posibilidad de obtener ingresos, independientemente de planteamientos éticos. En este sentido, los presentadores o locutores que insertan estos espacios de publicidad suelen responder a esas necesidades empresariales, y creo que en muchas ocasiones ni siquiera se plantean si esa publicidad puede tener repercusiones negativas para la sociedad. Por desgracia, impera un negocio de la información muy poco autorregulado. Esta falta de autorregulación se ve claramente cuando los medios emiten este tipo de contenidos u otros con alusiones explícitas a la violencia o al sexo en horarios de protección infantil. Debería corregirse esto.
¿Está comportándose de forma responsable la prensa deportiva a la hora de abordar este fenómeno?
La verdad es que la deteriorada cuenta de resultados de muchas empresas periodísticas deja a estas un margen de acción bastante reducido para tomar decisiones al respecto. Pero en todo caso esas decisiones deberían ser editoriales y no solo del departamento comercial. Debe existir una mayor autorregulación en los medios sobre qué tipo de publicidad se inserta en ellos, porque tienen una gran responsabilidad con el público al que se dirigen. Esa mayor autorregulación supondría no solo una mayor asunción de responsabilidades, sino también un mayor control de calidad de los contenidos que se vierten a la esfera pública.