José Manuel Recouso (psicólogo): “El problema no son las nuevas tecnologías, sino la relación que tenemos con ellas”

Agalure y Agaja, las dos asociaciones que hay en Galicia para tratar esta enfermedad, detectaron 5.800 casos en los últimos 25 años

Necesidad de jugar cantidades crecientes de dinero para conseguir la excitación deseada, fracaso y nervios al intentar suprimir esa práctica, búsqueda de cambios emocionales a través del juego, mentir para ocultar este tipo de comportamientos, planificar la próxima apuesta y darle vueltas a cómo conseguir más y más dinero… Son algunos de los factores determinantes a la hora de detectar una ludopatía. En 25 años de trayectoria, por Agalure (Asociación Gallega de Ludópatas Rehabilitados) y Agaja (Asociación Gallega de Jugadores Anónimos), las dos entidades que hay en Galicia para abordar esta enfermedad, han pasado 5.800 personas. En el último año suman 215 diagnósticos. José Manuel Recouso, psicólogo de Agalure, explica a elcorreogallego.es en qué consiste este trastorno.

¿Como actuar cuando se detecta el problema y dónde acudir?

Como familiar o amigo plantearle al enfermo la necesidad de tratarse y transmitirle que cuenta con apoyo incondicional, siempre que quiera solucionar el problema. Una vez que la persona asume su situación y decide comenzar su rehabilitación, buscar el centro adecuado. Hoy en día se puede efectuar desde dos planteamientos diferenciados en planificación y tratamiento: salud mental y asociaciones (Agalure, de A Coruña, y AGAJA, de Vigo).

¿Hay tratamiento?

Sí. Las asociaciones llevan trabajando en el tema desde hace 25 años y han conseguido establecer un protocolo efectivo. En España, la Federación Española de Jugadores Rehabilitados (Fejar) dispone de un protocolo basado en pautas de modificación de conductas, terapia racional emotiva y prevención de recaídas. Su eficacia oscila entre el 60 y el 80%.

¿Los teléfonos móviles (y en general las nuevas tecnologías) son un factor determinante a la hora de desencadenar ludopatías?

Sí. Pero el problema no son las nuevas tecnologías, sino la relación que nosotros establecemos con ellas, es decir, dejarme llevar por una actitud meramente emocional, lo que me apetece, sin valorar lo que pienso (impulso), no analizo la utilidad y necesidad de lo que hago. Si no me planteo regular la actividad y solo me quedo con lo que me apetece, puedo llegar a generar un proceso adictivo, y no solo con las nuevas tecnologías, también con determinados comportamientos , como trabajo, sexo, compras, deporte, etc.

¿Qué mecanismos psicológicos hay detrás de una ludopatía?

No se puede establecer un perfil pre-ludópata, pero sí hay rasgos comunes al proceso de ludopatía. Básicamente serían personas con una baja tolerancia a la frustración, mala gestión de sus niveles de ansiedad y búsqueda inmediata de gratificación o recompensa con relación a las actividades desarrolladas. En otros casos, búsqueda de altos niveles de excitación por medio del riesgo en sus actividades.

Por otro lado se ha buscado asociar la problemática de la ludopatía con otras patologías y en Agalure lo que detectamos, por ejemplo con relación a casos de alcoholismo, es un porcentaje del 10% de la población atendida, correspondiendo este porcentaje a la media de la población española afectada de alcoholismo.

¿Afecta a los menores de edad?

Por desgracia sí. Las medidas de control que se aplican al juego no son efectivas y detectamos que hay menores de edad que realizan apuestas tanto de forma presencial como online o registran un gasto excesivo en juegos (vía internet o móvil).

¿Se puede curar?

Estamos hablando de una adicción, por lo tanto no tiene cura, tiene rehabilitación. Es aprender a convivir sin necesidad de desarrollar dicha actividad y valorando el aspecto negativo que ha aportado el comportamiento anterior (jugar).

¿Cuál es el porcentaje de recaída?

Con relación a las personas a tratamiento se sitúa en el 9,77%, Ese porcentaje se focaliza en  un grupo reducido de jugadores que, por distintos motivos, se salta las pautas establecidas facilitando con ello la recaída.