La mayoría de personas ven en el juego un escape a sus preocupaciones diarias, una actividad que se resume en un par de horas de diversión y esparcimiento. Sin embargo, para otros muchos estar sentados por horas frente a las máquinas electrónicas tragamonedas o las ruletas es sinónimo de una adicción que, en muchos casos, puede conducir a la ruina financiera, y en el peor de los escenarios, a la personal.
El juego patológico, la ludopatía o el trastorno de juego, ya es considerada como una enfermedad mental a nivel mundial. Entre sus principales síntomas sobresale la preocupación por el juego, la necesidad de jugar con cantidades crecientes de dinero, la inquietud e irritabilidad que se genera cuando se intenta interrumpir o detener la actividad, su utilización como mecanismo distractor de los problemas cotidianos y la tendencia a la mentira para ocultar el problema o para conseguir dinero y seguir apostando.
Si en su día a día tiene dudas sobre qué es la ludopatía, si siente que está jugando en exceso o tiene sospechas de que presenta adicciones a los Juegos de Suerte y Azar, entonces debe tener en cuenta las siguientes señales de alerta.
- Si ha intentado alguna vez dejar de jugar y no ha sido capaz de hacerlo: muchas personas, en el fondo, son conscientes de que tienen un tipo de adicción y aunque intentan dejar de lado esta práctica, sus intentos son nulos.
- Si ha cogido alguna vez dinero de su casa para jugar o pagar deudas: llega un punto en el que a los jugadores no les interesa de dónde provenga el dinero, si tienen que pedirlo o, en ciertos casos, robarlo. Para ellos lo importante es tener la cantidad suficiente para salir a apostar.
- Si ha perdido relaciones interpersonales significativas, oportunidades laborales o educativas por el juego: el comportamiento que el jugador empieza a tener en su casa y en su entorno profesional, bien sea en una oficina o en un salón de clases, lo llevan a perder amigos, familiares e incluso su posición en una compañía.
- Si se ha sentido culpable por jugar o por lo que ocurre cuando juega: una vez terminan sus jornadas de juego, muchos de estos jugadores se llenan de sentimientos de tristeza, enojo, frustración y remordimiento. Sin embargo, su fuerza de voluntad es poca y al día siguiente vuelven a entrar al casino a seguir con su rutina.
- Si apuesta para poder recuperar lo que ya ha perdido: muchos de los jugadores piensan que apostar es la solución a sus problemas financieros, por eso, y con la esperanza de ganar más y recuperarse, siguen jugando.
Recuerde que los jugadores recreacionales juegan por diversión y hacen uso de poco dinero para pasar un buen rato. Los adictos apuestan por razones distintas al entretenimiento, casi siempre intentando escapar de la ansiedad que le generan sus problemas.