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En España, 500.000 menores apuestan cada año a pesar de que es ilegal.
Algunos ya definen al juego como ‘la droga del siglo XXI’. Y de hecho, la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) ha presentado recientemente una campaña de sensibilización, Defiende lo obvio, para recordar que aunque 500.000 menores apuestan cada año en España, ya sea en locales o por internet, esta práctica es totalmente ilegal. Una nada sana afición que, además, conlleva un riesgo altísimo de sufrir ludopatía: en 2016 ésta afectaba a un 2% de los menores de edad.
Por desgracia, jugar es ya “una conducta plenamente integrada en el ocio juvenil”, según declaraba la directora general de la FAD, Beatriz Martín. La Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES), afirma que el 18,6% de los adolescentes de 14 años han entrado alguna vez para apostar en los más de 3.500 salones de juego que existen en la actualidad en España. Además, según datos del INE, el 94,8% de los jóvenes de 15 años tienen acceso al móvil y a internet, lo que les facilita las apuestas online. Mientras que un estudio del Ministerio de Sanidad afirma que el grupo de edad que más se decanta por el juego en internet es el que abarca los 18 y 35 años y que el 36% reconoce que se inició antes de la mayoría de edad.
El modus operandi de las casas de apuestas pone en bandeja de plata caer en la tentación: cada vez más, se instalan estos negocios en zonas deprimidas de las ciudades, cerca de colegios o institutos de secundaria, se anuncian en televisión en horario infantil y contratan a ídolos de adolescentes como Cristiano Ronaldo o Rafa Nadal para protagonizar sus spots. La proliferación de las casas de apuestas, la inversión millonaria en publicidad (entre 2013 y 2018 duplicó su presupuesto llegando a 170 millones de euros) y la falta de control del juego online – que permite a los menores jugar utilizando datos de un tercero- son por tanto las principales causas de este problema.
¿Qué pueden hacer los padres para prevenir la ludopatía entre sus hijos? Los especialistas hablan de una serie de herramientas para poner barreras a esta adicción:
Informarse en primera persona, vital
Informarse sobre el mundo digital, el juego online y manejar datos sobre la adicción a las apuestas resulta fundamental para poder abordar el tema con los jóvenes. La propia FAD y numerosas asociaciones pueden facilitar el acceso a esta información.
Conversar con ellos
Trasmitirles los peligros y la seriedad de una adicción al juego con esos mismos datos que se han recabado previamente. Argumentarles por qué no darles dinero o restringirles el acceso a internet tiene, ante todo, un carácter preventivo. Hacer hincapié también en que los anuncios bombardean con un mensaje que nos muestra las posibilidades de ganar de una forma totalmente parcial.
Predicar con el ejemplo
Aunque en el ambiente familiar no se apueste en salas o por internet, vivimos en una sociedad donde se ha normalizado, por ejemplo, jugar a la lotería o las quinielas. Las actitudes familiares hacia el juego tienen un impacto directo en las creencias del menor.
Restringir el acceso a internet
Supervisar el tiempo que pasan conectados y, especialmente, los contenidos a los que acceden.
Proponer alternativas de ocio
Lamentablemente, en la actualidad los jóvenes ven el juego como una actividad habitual de ocio. Fomentar otro tipo de entretenimiento: salir con amigos, hacer deporte, propuestas al aire libre, grupos de actividades…
Estar alerta
Por último, vigilar posibles gastos injustificados, irritabilidad o nerviosismo, ausencias a clase, abandono de las actividades que practicaban o dejar de lado a las amistades. Si esto ocurre, son algunas señales evidentes del juego de azar en menores, según la FAD.