Verónica Mora Dubuc, de la Asociación Psiquiátrica Argentina, señala que el ludópata debe contar con la ayuda de la familia quien cumplirá un rol primordial.
La ludopatía persiste y a menudo se incrementa.
Y agregó que la adicción a los juegos de azar, «no tiene cura». Sin embargo, recalcó que puede ser tratada de manera integral.
“Para que sea exitoso el tratamiento, el rol de la familia es primordial. Hay mucha gente recuperada, pero hay que tener en cuenta que estos procesos crónicos tienen recaídas y forman parte de un proceso”, señaló Mora Dubuc y añadió: “El ludópata debe asumir que lo es y diferenciar en qué estado está”.
La psiquiatra señaló que el jugador, lo primero que tiene que detectar, es el cambio en su modalidad de juego: “Cuando el jugador pierde y decide volver a recuperar lo perdido, implica un cambio de juego. La necesidad de ir por la revancha es una alerta. Si el jugador se da cuenta de estos cambios, debe pedir ayuda”.
La mujer advirtió que se trata de un comportamiento irresistible para el sujeto: “El jugador no se puede resistir a jugar y reconoce las consecuencia negativas como por ejemplo pérdida de trabajo, de dinero, y hasta de la familia. Lleva a un proceso de agotamiento, depresión, enfermedad y, hasta muchas veces, riesgo de suicidio”.
Además, remarcó que tiene una evolución muy parecida al alcohol y va en aumento: “Hay publicidades con incentivos. Necesitamos mejorar el nivel de alerta ya que para el entorno es difícil detectarlo. Se naturalizan determinadas situaciones y las señales de alerta se van apagando”.
Finalmente, Mora Dubuc aseveró que el juego-premio va generando un estado de conexión con lo que está realizando y pierde el registro del tiempo: “Pierde la noción del frío y del hambre.
Las personas que sufren adicción al juego pueden ingresar al sitio Programa Juego Responsable o comunicarse al teléfono gratuito de FEJAR 900 200 225. En Galicia puede ponerse en contacto con AGAJA en el teléfono 886 119 586
Buen día, el problema es de mi esposo, el ya aceptó ser ludopata, lo malo que en mi ciudad no hay centros ni psicólogos especializados para esta enfermedad, y lo peor que por motivos de trabajo se fue a otra ciudad donde está solo, la angustia que siento no le deseo a nadie porque a veces siento q sigue jugando aunq el lo niegue, pero no puedo saber porque yo trabajo aquí y el allá, además tenemos una hija, no se como ayudarlo, no se si tiene caso seguir juntos o que mi familia se separe, como podría ayudarlo?.. Gracias